Cuando tenemos una herida, ésta nos puede afectar de forma muy diversa. Su tamaño, la profundidad, dónde está y cuánto tardará en curarse nos puede afectar en mayor o menor medida.
Pero no sólo debemos valorar el aspecto físico de la herida, sino que hay que valorar otras cosas como el dolor/irritación, el olor (hay heridas que huelen), o el exceso de supuración (exudado) que provoca fugas.
- Reducción de la movilidad: dificultad para subir escaleras, caminar, realizar nuestras tareas cotidianas/habituales.
- Disminución de nuestras relaciones sociales: se tiende a disminuir nuestras salidas con familiares o amigos. Incluso encerrarnos en nosotros mismos y evitar el contacto con otras personas.
- Trastorno del sueño o más cansancio debido al dolor que nos puede producir la herida.
Consecuencias de sufrir una herida
A nivel psicológico sufrir una herida crónica nos puede ocasionar ansiedad, disminuyendo nuestra calidad de vida. Son heridas que tardan semanas en curarse, el nivel de frustración crece y la autoestima disminuye.
Consecuencias físicas:- Exudado fuera de control.
- Llanto.
- Dolor.
- Pérdida de apetito.
- Mal olor.
- Aislamiento. Necesidad de tener a alguien cerca.
- Afectación de las relaciones de pareja.
- Apósitos que se despegan.
- Dificultad para descansar.
- No asistir a las visitas programadas con el médico/enfermera.
- El resto son afortunados.
- No quiero ingresar.
- Porqué me tiene que pasar a mí.
- Dispositivos médicos o apósitos que se ven.
- Ruidos que pueden causar los dispositivos médicos.
- Yo solía ir…
- Toda la mañana perdida.