Es muy importante tomarse el tiempo necesario en saber cómo su herida le afecta a nivel físico, psicológico y social porque así podrá identificar aquellos aspectos que puede mejorar. No obstante, esto no es tarea fácil.
No hay una respuesta concisa a cómo uno puede mejorar su propio bienestar, todo depende del problema al que se enfrenta, a sus intereses, sus objetivos e incluso de la gente que tiene a su alrededor. Sin embargo, hay algunas reglas generales o cambios que se pueden hacer para mejorar el bienestar.
1. Mantenga un registro
Registrar cómo se siente, cómo está su salud en general, cómo progresa la herida, cómo ésta le afecta en su día a día e incluso si ha tenido que anular alguna cita por “culpa” de la herida.
Esto no sólo le ayudará a ver la evolución de su herida a lo largo de los días, sino que también ayudará al profesional sanitario a tomar decisiones sobre el tratamiento que está recibiendo.
2. Comprenda e identifique
¿Qué factor es el que tiene un mayor efecto sobre su bienestar? Por ejemplo: las fugas de exudado, el olor, los apósitos se caen. Si su pobre bienestar se debe a que los apósitos no son los apropiados para su herida, hay muchas alternativas para mejorar este aspecto, consúltelo con su profesional sanitario.
Identifique el factor de su vida que le gustaría cambiar o recuperar. Por ejemplo: “Quiero pasar más tiempo fuera de casa, pasar más tiempo con los amigos, tener mayor movilidad, etc.”.
Fíjese metas, pueden ayudarle a mejorar su bienestar y le ayudará a sentirse más satisfecho.
3. Remarque y destaque
Hable de cómo se siente y de sus principales preocupaciones con su profesional sanitario, así entre los dos pueden decidir mejor la manera de abordar estas preocupaciones. Del mismo modo, si no se siente cómodo con el tratamiento o está preocupado de porqué su herida no ha progresado como esperaba, compártalo con su profesional sanitario; que escuchen sus inquietudes para que hagan todo lo posible en mejorar su bienestar y hacer frente al tratamiento de su herida.
4. Involúcrese
Tome un papel activo en las decisiones que afectan a su salud. Una de las mejores maneras de sentir que tiene bajo control su herida y su bienestar, es tomarse el tiempo necesario, con su profesional sanitario, en discutir y valorar para tomar las mejores decisiones sobre el cuidado de la misma.
Pida que le ofrezcan opciones y alternativas en el cuidado de su herida. Cada persona es diferente y cada herida también lo es. Hoy en día hay una amplia gama de tratamientos disponibles, su profesional sanitario hará todo lo posible para ofrecerle el tratamiento más apropiado para usted y que encaje con su estilo de vida.
5. Siga los consejos marcados por su profesional sanitario
Seguir los consejos y las instrucciones que le indica su profesional sanitario es muy importante para el éxito del tratamiento que le han pautado. Por ejemplo: dejar el apósito todo el tiempo que le indican, mantener siempre sus citas médicas, etc.
6. Céntrese en lo positivo
Si usted siente que hay áreas que se pueden mejorar o tiene ideas constructivas de cómo poder cambiar las cosas, sugiéraselas al profesional sanitario.
7. Y recuerde…
No está solo, a veces vivir con una herida puede aislarle.
Sólo recuerde que usted no es la única persona con una herida y que hay gente que entiende por lo que está pasando. Si su profesional sanitario le sugiere ir a un grupo de apoyo, le aconsejamos que vaya ya que encontrará personas en una situación como la suya y podrá pedirles consejos, le ayudarán y le entenderán.
- Apóyese en su familia y amigos. Tenga a su gente cerca, podrá apoyarse en ellos cuando se sienta mal, pueden ayudarle en las tareas de la casa, que le acompañen a dar un paseo, etc. Todo esto le ayudará a sentirse mejor, más positivo y menos aislado.
- Si es necesario, busque ayuda. Si ha identificado problemas con su herida, no se maneja bien con las actividades cotidianas o tiene dificultades para moverse y cuidar de usted mismo, considere hablar con su profesional sanitario, ya que puede ayudarle.